Hola, mediante esta
entrada hablaré sobre uno de los textos que se nos ha propuesto leer en clase, "Como aprendes a ser maestra. Repensar el género en la Educación Infantil".
Se trata del capitulo 4 del libro “Maestras de Educación Infantil: Identidad y
cambio educativo”.
El capítulo aborda
la construcción de la identidad de género a través de varias entrevistas
realizadas a maestros. Además, aporta datos sobre el número de maestras
(mujeres) que hay en Educación Infantil y el número de hombres docentes.
Al igual que en
entradas anteriores, me gustaría centrar esta parte del Blog, en las
diferencias de lo que se espera de un hombre docente y lo que se espera de una
mujer docente. En entradas anteriores, llegamos a la conclusión de que existen diferencias; leyendo este artículo, se corroboran.
Para hacernos una idea, el 90% de los trabajadores en Educación Infantil, son mujeres. Según el texto, viene directamente determinado por la normal social que se ha creado durante siglos, de que sea la mujer la que se dedique al cuidado.
Por otro lado, en cuanto a los hombres es cierto que se ha aumentado el número de presencia masculina en las aulas infantiles, pero, ¿es suficiente con un 10%?, ¡estoy seguro de que podemos seguir mejorando! El texto indica, que una de las razones puede ser la mayor presión a la que se expone el hombre por ser hombre en el cuidado de niños tan pequeños. De nuevo reaparecen los estereotipos y normas sociales. Debemos romper con esto y naturalizar la presencia masculina. La manera más eficaz de luchar es dar ejemplo, estudiar carreras como Educación Infantil y ejercer la profesión. De este modo, las madres, los niños y la sociedad cada vez lo irá viendo mas normal.
A continuación, reaparece el tópico de los tópicos que tanto nos agrada a los alumnos de Educación Infantil y Primaria: "¡La carrera de magisterio es una mierda, no hacen nada!". Es importante mencionar esto, debido a la minusvaloración que tienen los grados de educación. Este constructo social también ejerce presión sobre aquellas personas que saben que les encantaría dedicarse a la enseñanza pero dudan por el hecho de no tener un reconocimiento social demasiado alto. Considero al igual que el texto, que esta minusvaloración, puede afectar más al género masculino que al femenino y puede ser una de las causas por las que los hombres siguen sin querer dedicarse a esta profesión. Todo viene determinado por la educación dominante que se le impone al hombre. Nos machacan con buscar el éxito y estudiar carreras de prestigio social alto como medicina o ingeniería.
Por último, debo hacer mención a la entrada de La caza, que también intenta apoyar de alguna manera a todos aquellos chicos que quieren estudiar el Grado de Educación Infantil. La vocación es algo que se lleva dentro, no todo el mundo tiene la suerte de trabajar en algo que le identifica. Si estáis
seguros, tanto chicos como chicas, de que la docencia es el arte que os gustaría dominar, ¿Id a por ello! Sin pensar en lo que el resto opine.
seguros, tanto chicos como chicas, de que la docencia es el arte que os gustaría dominar, ¿Id a por ello! Sin pensar en lo que el resto opine.
REFERENCIAS:
Maestras de Educación Infantil: Identidad y cambio educativo. Universidad del País Vasco, 978-84-9082-136-7
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